Si pensabas que te iba a alentar a simplemente visualizar tus metas para conseguirlas, lo siento, este artículo no es para ti.
He asistido a tres retiros intensivos impartidos por el Dr. Joe Dispenza. Uno de los temas que él enseña, es el de cómo programar nuestro cerebro (por medio de nuestras ondas cerebrales) para así poder crear nuestro futuro. Regresando de uno de uno de los seminarios, un conocido acudió a mí para que le compartiera “el secreto” de programar su cerebro y así, manifestar sus metas.
La realidad es que manifestar, o el proceso de crear algo solo a través del pensamiento, a menudo se asocia con la espiritualidad y la pseudociencia. Es la idea que a través de la visualización, las afirmaciones y otras técnicas similares, puedes convertir tus pensamientos en realidad. Sin embargo, el problema con la manifestación no es que sea totalmente acientífica.
Las redes sociales popularizan el concepto de tener que “dar me gusta” a una publicación para manifestar riqueza, amor o poder. Estas publicaciones comúnmente tienen una explicación “pseudocientífica” de cómo funciona la manifestación, y esto, en última instancia, le otorga una mala reputación en los círculos científicos.
De hecho, la visualización y las afirmaciones son herramientas valiosas para la superación personal. Se ha comprobado científicamente, que la visualización mejora el rendimiento atlético de las personas incluso cuando no realizan ningún esfuerzo físico.
El simple hecho de ensayar mentalmente ciertos movimientos utilizando el poder de la imaginación, tiene un efecto positivo en tu desempeño real.

Entonces, la idea de convertir el pensamiento a la realidad no es tan descabellada. El truco es entender que debemos ser coherentes.
Aquí hay dos errores que la gente comete cuando manifiesta algo.
#1. No entienden el concepto
Muchas personas que creen en la definición popular de manifestación, por lo que tienden a subestimar el papel que juegan sus acciones para alcanzar sus metas. Generalmente, sienten que su destino lo deciden factores externos (cuando en realidad, nosotros somos creadores de nuestro destino).
Ejemplo: ¿Quieres manifestar abundancia? ¿Cómo te comportarías si ya la tuvieras? Seguramente te sentirías libre, te actitud a la vida mejoraría, te comportarías más caritativo con los demás, etc. No tiene coherencia querer manifestar riqueza y vivir todo el día en estado de carencia.
Si la abundancia ya estuviera manifestado, probablemente también realizarías tu trabajo con mejor intención; las personas que logran grandes cosas suelen ser las que se enamoran del proceso.
#2. Impaciencia
Estamos acostumbrados a comprar algo y recibirlo al día siguiente. Con la manifestación, las cosas pueden tomar tiempo. Una vez que tu comportamiento esté alineado con lo que deseas manifestar, te recomiendo que confíes y dejes ir la obsesión de tenerlo ya.
Al final del día, si estas pensando y actuando de manera coherente, es cuestión de tiempo que las cosas se acomoden para tu beneficio.
Esto es de lo que realmente debería tratarse la manifestación. De poner tu mente en un objetivo y luego, dedicar tu energía para lograrlo. No caigas en la moda de que manifestar algo solo significa sentarte e imaginar que todo en tu vida encaja mágicamente en su lugar. Visualiza y siente tus objetivos, para que después tomes medidas prácticas para alcanzarlos. Así es como puedes convertir tus pensamientos en realidad.