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  Alejandro Juan-Marcos Barocio

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Mitos que nos impiden pedir ayuda en el trabajo

7/15/2020

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Be strong enough to stand alone, smart enough to know when you need help, and brave enough to ask for it
Tememos pedir la ayuda de colegas. Nos preocupamos por vernos mal, ser rechazados o exponer que no somos capaces de llevar a cabo nuestras responsabilidades.

Hoy en día estamos haciendo algo que muchos no teníamos experiencia, - trabajar durante una pandemia, lo que hace que muchos de estos temores se intensifiquen, y más si analizamos los datos que estiman que en México se han perdido más de 700 mil empleos en lo que va del año.

Por lo que algunas personas se ponen ansiosas ante la presión del desempleo, empresarios sufren de ansiedad y problemas de salud por el estrés generado en caídas de ventas, créditos y sueldos por pagar, nuevas modalidades virtuales de juntas, etc.
​Así que abstenernos de pedir ayuda, es algo de lo que no podemos dar el lujo en estos momentos.

La realidad es que muchos de nosotros (o más bien, todos) necesitamos flexibilidad y apoyo como nunca antes.
​Aunque nuestro impulso en este momento puede ser evitar pedir o aceptar ayuda a menos que sea absolutamente necesario, pensar de esta manera puede crear dificultades para salir adelante como equipo dentro de una organización.


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Con la finalidad de poder pedir ayuda de manera cómoda y segura, se requiere derrumbar las percepciones erróneas que se tienen.
​De acuerdo a un estudio de la Universidad de Harvard, los principales mitos que probablemente son intensi
ficados como resultado de la crisis actual son:


Mito 1: Pedir ayuda me hace ver mal

A menudo nos preocupa que pedir ayuda en el trabajo sea una señal de incompetencia.
Sorprendentemente, la Universidad de Harvard reveló que pedir ayuda con una tarea simple no tuvo un impacto negativo en la competitividad percibida, sino todo lo contrario, hace menos probable que nos juzguen por revelar nuestras imperfecciones.


Mito 2: Si solicito ayuda, seré rechazado

Otra razón por la que podemos abstenernos de pedir ayuda es el miedo a escuchar “no”. Esta preocupación también puede verse potencializada por la pandemia, ya que suponemos que otros ya tienen demasiado sobre sus hombros.
Pero nuevamente, la investigación muestra que las personas nos sorprenden regularmente, tanto por su disposición a ayudar como por el esfuerzo que están dispuestos a hacer para ayudarnos.


Mito 3: Incluso si alguien acepta a ayudarme, le será tedioso

Tendemos a centrarnos en la molestias que estamos generando. Al mismo tiempo, solemos pasar por alto los beneficios para el ayudante de apoyarnos.
​La investigación encontró que tener la oportunidad de ayudar a otra persona en estos momentos puede tener un efecto que levanta el ánimo (nos hace sentir útiles y requeridos).


Pedir ayuda a alguien proporciona otro beneficio, tanto para ti como para el ayudante: sentimientos de conexión social.
Aunque estamos físicamente distanciados de las personas, podemos mantener e incluso fortalecer nuestras relaciones pidiendo apoyo.

Y si pides algo y obtienes un “no”, no te preocupes, la mayoría de las veces son producto de las circunstancias (un mal momento) y no de un problema personal.

El 2020 es un año en el que deberíamos sentirnos más cómodos pidiendo y aceptando ayuda.
Existen muchas pruebas de que otros tienen menos probabilidades de juzgarnos y más probabilidades de ayudarnos (y disfrutan hacerlo) de lo que pensamos
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Alejandro Juan Marcos © 2021 
Foto utilizada en Creative Commons desde archer10 (Dennis) 129M Views
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